En torno a los conversos «hidalgos» de El Castillo de Garcimuñoz

En torno a los conversos «hidalgos» de El Castillo de Garcimuñoz

A continuación os copiamos un articulo de nuestro amigo Aurelio Pretel sobre los conversos del Castillo.

Publicado en la revista Patrimonio Historia y Humanidades, Revista del instituto de estudios conquenses. Número IV (2018)

Gracias amigo Aurelio, como siempre incansable.

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En el siguiente enlace podéis también descargarlo si deseáis.

En torno a los conversos «hidalgos» de El Castillo de Garcimuñoz. IDEC 4, 2018, pp. 67-71.pdf

 
Hace apenas dos años Miguel Salas y yo presentamos un libro sobre Garcimuñoz en laBaja Edad Media1.
 
Uno de los aspectos que más me sorprendieron mientras lo redactaba fue el de los numerosos conversos procesados por los inquisidores a finales del XV, en una población donde se suponía que no había judíos desde cien años antes, según varios testigos. Pero, aunque, por supuesto, me referí al asunto en varias de sus páginas, tampoco era el momento ni el lugar de extenderme, ni tenía muchas más noticias que ofrecer más allá de las ya adelantadas por Yolanda Moreno, Parello, Dimas Pérez o García Moratalla, y las que se desprenden de algunos documentos que incluí en el apéndice. Sin embargo, después, y sobre todo al ponerme a estudiar el mismo tema en otra población(Alcaraz, Albacete), me han ido llegando noticias publicadas por diversos autores y he podido encontrar nuevos puntos de vista, que merece la pena compartir. En el siglo XIV existió, al parecer, en El Castillo una notable aljama, quizá desarrollada al calor de las ferias y el papel primordial de la villa en la ruta comercial entre los reinos de Castilla y Valencia a través del Señorío de Villena bajo Don Juan Manuel y el marqués Don Alfonso de Aragón, e interconectada con las de Huete y Cuenca, en el mismo obispado, y con la de Alcaraz, en el arzobispado de Toledo. No sabemos si era numerosa, pero sí que era rica, puesto que entre sus miembros conocemos los nombres de Don Zag el Leví de Alcaraz, los hermanos Samuel, Moisés y Yucef Abravalla, Salomón Najarí, Haym Abolex, Salomón Muñoz y Abraham Abensabad, grandes arrendadores de alcabalas y rentas del marqués o del rey, y quizá los Peralta, apellido que abunda en la de Valdeolivas, y que en Garcimuñoz es el de la familia del Doctor Pedro Sánchez del Castillo, un probable converso que brillará en la corte y en la audiencia de Enrique III de Castilla. Ni siquiera está claro el sitio en que pudiera estar la sinagoga ni la calle o el barrio de esta comunidad, aunque una tradición, que no se documenta, dice que sobre aquella se fundará más tarde una ermita o iglesia de la Inmaculada, que no puede ser otra que la del Hospital, en la Calle de La Virgen. El nombre de otras calles, como el de La Amargura, que suelen denunciar la presencia de casas de conversos, no aparece en la Baja Edad Media, por lo que es de creer se debieran al antisemitismo despertado en el siglo XVI, después de la actuación de los inquisidores, como probablemente ocurrirá también con la leyenda,que no se documenta, de que a Garcimuñoz le solían llamar “Garcijudea”.
Desde luego, parece que la aljama sobrevivió muy poco, si es que sobrevivió, a los pogromos de finales del siglo XIV, que acabaron con otras muchas comunidades hebreas de la zona. Moreno Koch la incluye entre las asaltadas por entonces, al igual que ocurrió con las de Huete y Cuenca, pero esta de Castillo de Garcimuñóz parece ser que no se recobró2.
Cierta Inés de Alcaraz y Olivares, procesada por los inquisidores a finales del XV, dice que en El Castillo -donde ella nació y se había criado- así como en Belmonte y Valera de Yuso, donde vivió casada,
ha muy grand tiempo, que memoria de omnes no es en contrario, que no a habido judíos mi juderías3. Rodrigo de Luz añade todavía que en vida de su abuelo, Juan Fernández de Luz, fallecido muy viejo en febrero de 1449, en la dicha villa del Castillo non auia judería, y el dicho mi auuelo era apartado de la conpannia de los judíos e malos cristianos4, de donde se deduce que quedaban algunos judíos, además de los médicos foráneos que hemos conocido. Otros seguirían practicando en secreto su antigua religión, como dice después la Inquisición respecto al propio Juan Fernández de Luz, que por su edad pudiera haberse convertido cuando aún era joven y del que los testigos y el fiscal aseguran que en su casa rezava oraçiones de judíos, sabadeando e diziendo en aquellas oraçiones Moysen pidio la ley al criador e diziendo rabi e otras palabras que mas non le podian conosçer por lo dezir secreto de manera que non pudiesen venir a conoçimiento de sus errores, fazia cabañuelas y metiase en ellas por el tienpo que los judios lo hacen y comia e beuia en ellas, y eso mesmo ayunaua el dia mayor çenando a la noche carne commo lo hazen los judios muncho judaizados, atauiandose con los tafelines atando los dedos con ellos, sacando de alli vna como nomina y leyala hazia la pared haziendo sus autos e gestos commo judío…5 Y, aunque en su testamento muestra ser buen cristiano y dice creer en Dios, la Santa Trinidad, la Virgen y los santos, pide ser sepultado en tierra virgen, como la tradición exige a los judíos. Un detalle que no pasará inadvertido para el inquisidor, que subraya este párrafo y escribe “tierra virgen” en el margen del mismo documento6.
 
Lo cierto es que a lo largo de este siglo XV las personas que luego veremos señaladas como judaizantes o conversas no se distinguen nada del resto de vecinos: los modestos y pobres son sastres, zapateros o carpinteros; los ricos tienen tierras, negocios y hasta oficios, no sólo del Concejo, sino de los señores y reyes sucesivos, compran enterramientos en capillas privadas de conventos e iglesias y a menudo mantienen sus armas y caballos presumiendo de hidalgos e incluso de la honrosa divisa de la banda y la espuela dorada, como ocurre con Juan González de Orihuela. Lo cual no impedirá que más tarde se diga en San Clemente que, aunque los herederos de Pedro Sánchez de Orihuela -el primer descendiente de este Juan que se vino a esta villa desde Garcimuñoz- cambiaron su apellido por Galindo, nadie los tubo ni pudo tener en opinión sino de judíos notorios y en esta villa públicamente le llamaban a la calle donde vivían los Origüelas la calle del amargura, que es en la que vive el pretendiente, de cuyo apellido uyan todas las familias nobles y limpias de esta villa…
 
De otro descendiente, Francisco de Astudillo, dirán que procedía por los cuatro costados de judíos, e incluso que se espanta que se aya atrebido a pretender el ábito un hombre que no tiene gota de sangre noble y tan pocas de sangre limpia, y que en quanto a su baronía, asta la ocasión desta pretensión, nunca avía oydo que Francisco Fernández [de Astudillo], el primero que vino aquí, era originario de las montañas porque solo para este efecto lo van entablando…
 
E igualmente se sabe que Fernán González de Orihuela, que era nieto del mismo Pedro Sánchez y de Aldonza Sánchez de Molina, penitenciada en Cuenca en 1493, tras haber confesado ser de estirpe judía, se casó con la hija de otra reconciliada, como era costumbre frecuente entre conversos. Y el mismo Pedro Sánchez de Orihuela fue hijo de Fernán Sánchez de Orihuela, escribano en la villa de El Castillo, y de una Peñafiel, Constanza, de un linaje de clérigos, letrados y escribanos, que ostentó cargos públicos a mediados del XV y que pudo tener el mismo origen, pues al menos Constanza y su madre, Catalina Alonso, casada con Alonso de Peñafiel, ardieron en la hoguera7.
Nada de esto aparece reflejado en nuestros documentos durante el siglo XV, pero a fines del mismo la Inquisición comienza a destapar supuestos casos de judaizantes -casi una veintena en los primeros años, según Moreno Koch- movida por denuncias que a veces son ajenas, pero otras proceden de las mismas familias… Y he aquí que buena parte de aquellas que ocupaban los oficios de alcalde y regidor (los tienen a largo de todo el siglo XV, y entre los “veinticuatro” designados para ello en abril de 1491 vemos a un Arboleda, tres Piñán, un Molina, un Santa Cruz, dos o tres Alcaraz y un Castillo -enlazados, además, entre ellos y con otros, mediante matrimonios- y a cierto Juan de Tébar, al parecer pariente de la esposa de uno de los Piñán, de escribano de cámara. Cuentan entre sus miembros a algún reconciliado, cuando no relajado y entregado a la hoguera, si bien muchos de ellos conseguirán después “demostrar” su limpieza e incluso su hidalguía, a menudo por el procedimiento de sobornar testigos, falsificar papeles y usar sus influencias ante los tribunales, muchos de cuyos cargos, abogados, relatores y oidores también eran conversos8, cuando no ante la misma Inquisición, que estaba corrompida y sometida en muchas ocasiones a los poderes fácticos y al Consejo Real9. A veces llegarían a inventar ancestros tan “exóticos” como los de Francisco del Castillo, hijo del conocido Castillo del Arzobispo, que asegura venir de un caballero“inglés”, pariente nada menos que del célebre don Beltrán de Claquín, que había combatido contra Pedro I, y de un tal Fernando González de Piñán, del que se dice era hidalgo montañés, aunque lo cierto es que era también converso –por lo menos sabemos que Diego de Piñán, que casó con Catalina de Tébar, fue “seboso” de un bando mayoritariamente compuesto por conversos- y amigo del famoso Fernando del Castillo, alcaide de Alarcón, y que este mismo alcaide había rechazado a uno de los hijos de Pedro de Piñán, que quería casarse con su hija, por ser cristiano nuevo10. A pesar de todo lo anterior Francisco afirma que ni ay memoria de ombres ni fama ni de oydas que los dichos mis padres, aguelo ni visaguelo desciendan de linaje de judíos nuevamente convertidos, ni de linaje de moros, y por esto yo puedo jurar lícitamente que soy cristiano viejo11.
Aunque esta desmedida pasión por demostrar la limpieza de sangre y la ascendencia de abuelos conocidos tampoco es exclusiva de los judeoconversos, en un tiempo en que muchos sedicentes hidalgos dicen que sus ancestros vienen de las montañas de Burgos o Cantabria, cuando no, como quieren los Perona-Rosillo en San Clemente12, de un ilustre caballero francés que llegó de Peronne, en el Norte de Francia, al servicio de Blanca de Borbón, desgraciada mujer de don Pedro el Cruel; incluso se remontan, como hacen los Balboa de la villa de Hellín, a un patricio romano, Lucio Cornelio Balbo. Hace poco, en febrero de 2018, Don Rodrigo de Luz, un documentalista descendiente de una de estas familias de El Castillo y autor de una magnífica y documentadísima obra sobre la rama granadina de los Luz o De Luz en época moderna13, ha dado a conocer un primer anticipo14 de un trabajo más amplio que prepara,
quejándose, entre tanto, de la “caza de brujas” emprendida por los “cazaconversos-a mi modo de ver historiadores serios en su gran mayoría- y poniendo en cuestión la credibilidad de las acusaciones contra estos supuestos judaizantes, que, en efecto, podrían ser debidas a los odios políticos, querellas familiares y las simples envidias de vecinos, en un clima asfixiante de sospecha y fervor religioso y de ajuste de cuentas entre los partidarios del Marqués de Villena y los Reyes Católicos en la cruenta guerra que trajo a éstos al trono. Creo que no le falta su punto de razón: salvo casos concretos, nadie puede afirmar -aunque a veces las pruebas e indicios sea cumulen- que una familia tenga orígenes judíos y menos todavía que lo siguiera siendo después de convertirse. Pero menos aún demostrar lo contrario y, por lo que yo mismo he podido observar en casos semejantes y por lo que publican autores como María Pilar Rábade, Baltasar Cuart Moner o Enrique Soria Mesa, hay muchas más mentiras en las exculpaciones y en las genealogías que presentan tanto los procesados como sus descendientes, que en las acusaciones formuladas contra ellos. Y, desde luego, el hecho de que se paralice e incluso finalice de forma favorable una probanza de limpieza de sangre tiene menos que ver con la verdad que con la bolsa llena y la capacidad del pretendiente para falsificar, sobornar, cohechar e incluso asesinar a personas incómodas, como Garcí Martínez, un cura de Alcaraz al que mataron y robaron las pruebas que traía respecto a la familia de un colega suyo, hijo de la famosa doña Oliva Sabuco, en 163015.
Por eso, sin dar crédito a todas y cada una de las imputaciones, yo me inclino a pensar que en su gran mayoría no carecen de cierto fundamento. Idea que confirman los estudios de Ignacio de la Rosa Ferrer sobre los “hijosdalgo” descendientes aquellos que fueron procesados o se reconciliaron, esparcidos por otras poblaciones. Muy en particular por San Clemente, en cuya iglesia había bastantes sambenitos de familias que habían venido de El Castillo, enlazadas con otras no menos sospechosas, aunque tampoco faltan las bodas con hidalgos. Algunos todavía serían quemados por herejes, como Luis Sánchez de Orihuela en 1517, o acusados al menos de blasfemias y cripto judaísmo, como el regidor Francisco del Castillo Hinestrosa, que no ocultaba ser judío de señal, o descendiente de judíos de señal16.
Tanto de los Castillo y Orihuela como de Juan Fernández de Luz y su familia me ocupé en su momento, siguiendo a Dimas Pérez y Vincent Parello, y transcribiendo algunos documentos inéditos. Pero ahora, sin ánimo de volver a quemarlos o enjuiciarlos -al contrario, me siento mucho más cerca de ellos que de la Inquisición, y no creo que ser judío o judaizante fuera ningún baldón-, habría mucho más que decir al respecto, después de lo que aporta Ignacio de la Rosa sobre sus descendientes y ramificaciones17. De otros convecinos, como los Olivares, Alcaraz y Piñán, solamente tenía mis sospechas, que ahora se confirman al saber, por ejemplo, que la hija del rico arrendador y escribano del rey Alonso Sánchez de Alcaraz, Inés de Alcaraz y Olivares, cuyo caso se vuelve a reactivar a instancias del fiscal en 1513, fue acusada de no guardar las Fiestas ni acudir a la iglesia cuando venía a dar a luz en El Castillo en casa de sus padres, de lavar con sal y agua y quitar todo el sebo a la carne, de echar pellas de masa al fuego al cocinar, comer carne en cuaresma y no comer tocino, “sabadear” rezando de cara a la pared, hacer las cabañuelas típicas del sukot, rodearse de judíos a los que confesaba que ella también lo era y quería casar a sus hijas con ellos y de decir que no había “sino nacer y morir” -acusación frecuente, que responde más bien a un materialismo anti espiritualista que encontramos también en otros casos-. Ella se disculpó de no asistir a misa alegando que estaba embarazada y la Iglesia de San Juan de El Castillo quedaba un poco lejos, con muchos escalones, aunque iba ala capilla privada que el linaje tenía en su vivienda con licencia del Papa. Pero el resto de las acusaciones no parece que fueran fáciles de excusar, salvo por malquerencias por la vinculación de su padre al Marqués. También será acusado su marido, el hidalgo Alonso de Iniesta Hinestrosa, escudero del mismo Juan Pacheco, comendador de la Orden de Santiago y Señor de Valera de Yuso, Solera y Olmeda, aunque él escapará con dos compurgaciones y con mucho dinero que su hermano, Diego de Iniesta Hinestrosa, arcipreste de Alarcón y prior de la Colegiata de Belmonte, dio a los inquisidores, pese a las reticencias del fiscal18. Y sabemos que su hija, María de Hinestrosa, que heredó el Señorío de Valera y tendría además el de Perona, se casó con Alonso del Castillo, hijo del ya citado Francisco del Castillo y hermano de Diego del Castillo, que también fue procesado. Aunque esta familia, que desciende a la vez de los Piñán, inventará una genealogía que la hace descendiente de un supuesto Lope Martínez del Castillo Macacho, nieto del castillero Clemén Pérez de Rus, el caballero que fundó San Clemente19.
De esta forma, Castillos, Orihuelas y algún otro linaje llegado de El Castillo, mezclados con hidalgos más o menos auténticos, o tan falsos como ellos, como son los González de Alcaraz de Albacete y los Rodríguez de Alcaraz hellineros, figuran al nivel de la de Juan de Haro y la rama menor de los Pacheco en la lista que hace el licenciado Villanueva Merchante de los nobles, señores e hijosdalgo, que había en San Clemente a mediados del siglo XVII20. Y, aunque algunos presentan documentos auténticos, como los testamentos que sus antepasados hicieron cuando aún no importaba su ascendencia y podían presumir de su hidalguía porque sus bisabuelos fueron armados caballeros, esto no significa que no fueran conversos o hijos de conversos -conocido es el caso de Alfonso Álvarez de Toledo, que lo fue por servicios que su padre hizo al rey después de convertirse-. Todo ello sin contar con que “la veracidad de las ascendencias hay que tomarla con cierta prudencia”, como dice caritativamente Ignacio de la Rosa. Otros, como los nietos y biznietos del citado Juan Fernández de Luz, no podrían hacerlo, porque éste fue pechero y con fama de no muy buen cristiano, como ya señalamos, y ostentó los oficios del Concejo antes de que Pacheco pervirtiera las viejas ordenanzas que impedían hacerlo e incluso vivir en El Castillo a quienes no pecharan, aunque fueran hidalgos. Pero no faltarán testigos complacientes dispuestos a jurar que la familia jamás contribuyó en los pechos del Rey o del Concejo, de manera que Pedro y Rodrigo de Luz, sus descendientes, podrían pleitear en la Chancillería de Granada contra los municipios en los que residían, Villalgordo y Villarejo de Fuentes, que insistían en que siempre habían sido pecheros y, después de un litigio de 35 años, obtendrán la preciada ejecutoria en la que se reconoce su hidalguía en 157821. También los Melgarejo conseguirán la suya pleiteando contra los de Santa María de Los Llanos, Montalbanejo, Honrubia y Alconchel, los lugares en los que se asentaron o fueron hacendados, aunque son descendientes de Rodrigo de Mula22, que fue recaudador y criado del marqués Juan Pacheco y su mano derecha en sus turbios negocios: de su hijo Juan -casado con Juana de Arboleda, la hija del Doctor Arboleda, de un linaje también afecto a Juan Pacheco y a los mismos manejos, que tenía parientes por lo menos en Chinchilla y Villena, de los cuales al menos Diego, Luis y Gonzalo de Arboleda parecen haber sido quemados en estatua en 1502- y Teresa -la abuela, vecina de El Castillo, lo había sido ya a finales del XV- y del nieto, Francisco Melgarejo que se casó con Juana de Alcaraz y Olivares23, apellidos que ya lo dicen todo de ella-. Y es que aquí, como en tantos lugares de Castilla, la nobleza de muchas casas aristocráticas del siglo XVI se construye “adornando” o “reinventando” las raíces del árbol genealógico y enterrando bajo ellas las cenizas de los antepasados.
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Notas:
[1] PRETEL MARÍN, A. y SALAS PARRILLA, M.,
Garcimuñoz Medieval: la villa y el castillo del siglo XII al XV 
.Aytº. de Castillo de Garcimuñoz, 2016
 
[2]MORENO, KOCH, Y. “La comunidad judaizante del
Castillo de Garcimuñoz: 1489-
1492”, Sefarad, 37 (1977), pp.351-371. ROMERO SÁIZ, M., Los judíos en la provincia deCuenca. https://agoracuenca.
 
[3] ROMERO DOMÍNGUEZ, El Hospital de Santo Tomás, La Capilla de San Pedro y San pablo de la colegiata de Belmonte, Marbella, 2003. p. 44- 45.
 
[4] DE LUZ LAMARCA, R., El marquesado de Villena o el mito de los Manuel, Diput. Cuenca, 1998, pp. 117-118.PRETEL y SALAS,
Garcimuñoz medieval, pp. 100-101,134-135 y Docs. 28,95 y 99.
 
[5] DE LUZ LAMARCA, R., El marquesado de Villena o elmito de los Manuel, Diput. Cuenca, 1998, pp. 117-118.PRETEL y SALAS, Garcimuñoz medieval, pp. 100-101,134-135 y Docs. 28,95 y 99.
 
[6] LÓPEZ ÁLVAREZ, A. Mª, y BENITO IZQUIERDO, R.(Coords.), Juderías y sinagogas de la Sefarad medieval, UCLM, Toledo, 2003, pp. 51, 170, 497 y 591. PRETEL ySALAS, Garcimuñoz medieval…, pp. 135 y 343.
 
[7] PRETEL y SALAS, Garcimuñoz medieval…, pp. 140,166, 208, 223-224, 272; Doc. 86, 98, etc. DE LA ROSA FERRER, I., “Los Origüela de San Clemente: Astudillos yPiquinotis”, en https://historiadelcorregimientodesanclemente.blogspot.com.es/2015/09/.
[8]SORIA MESA, E., “Burocracia y conversos. La Real Chancillería de Granada en los siglos XVI y XVII”, en Aranda Pérez (Coord.)  Burocracia, juristas y burócratas en la España Moderna, 2005, pp. 107-144. Se aventura a decir que la Chancillería de Granada parecía “un nido de conversos”.
 
[9] Véase, por ejemplo, como usa su influencia el abogado don Gabriel de Pareja y Quesada, que tiene cuatro o cinco herejes judaizantes en su genealogía, para ser admitido como miembro del mismo Santo Oficio y obtener su patente de limpieza de Sangre. PRETEL MARÍN, A. Los judeoconversos de Alcaraz…, pp. 73, 85 y sigs. Y otro tanto consiguen, por ejemplo, los Santacruz de Huete, que serán reputados por hidalgos a pesar de tener a varios judaizantes condenados en su genealogía. PORRAS ARBOLEDAS,P.A., “Nobles y conversos, una relación difícil de serentendida”, p. 203-224, 222.
 
[10] DE LA ROSA FERRER, Historia del corregimiento de San Clemente. PRETEL Y SALAS, Garcimuñoz medieval, pp. 133 y 248.
 
[11]http://palomatorrijos.blogspot.com.es/2015/12/conversos-y-judaizantes.html.
 
[12] DE LA ROSA FERRER, I., Los hidalgos de la villa deSan Clemente, 2018.
 
[13]DE LUZ CARRETERO, R. “El linaje De Luz durante el proceso de conquista y organización de la Granada moderna”, en Fernández Valdivieso (coord.) Los linajes nobiliarios en el reino de Granada, siglos XV-XIV, Granada
 
[14]https://www.researchgate.net/publication/323445999.
 
[15] PRETEL MARÍN, Los judeoconversos de Alcaraz…, p.83.
 
[16]PARELLO, V., “Los Castillos ante el tribunal de la Inquisición de Cuenca”, p. 26.
 
[17]DE LA ROSA FERRER, I., “Los Origüela de SanClemente”, y “Los Hidalgos de la villa de San Clemente”, publicadas en red en https://uam.academia.edu/IgnacioDeLaRosaFerrer (2018).
 
[18] ROMERO DOMÍNGUEZ, El Hospital de Santo Tomás… p. 44- 45.
 
[19] DE LA ROSA FERRER, “Los Origüela de SanClemente…”
 
[20]DE LA ROSA FERRER, I., “Los Hidalgos…”
 
[21] DE LUZ LAMARCA, El marquesado…, pp. 417-466.
 
[22]DE LA ROSA FERRER, I., “Los Melgarejo, una hacienda familiar nacida del servicio, el mérito y la especulación”. https://www.academia.edu/36568925/.
 
[23]BLÁZQUEZ MIGUEL, J., “Catálogo de los procesos inquisitoriales del Santo Oficio de Murcia”, Murgetana,LXXXIV, Murcia, 1987, p. 45). PRETEL y SALAS, Garcimuñoz medieval…, pp. 173 y 224

Día del villazgo 2019

Día del villazgo 2019

Felicidades a todos los castilleros.

Tal día como hoy, concretamente el 3 de octubre de 1322 de la mano del infante Don Juan Manuel, El Castillo conseguía su carta de villazgo, comenzando a partir de entonces tres siglos de una grandiosa historia.

697 años…. No dejéis de celebrarlo,  y animad al ayuntamiento a que elija este día como festivo local.

De ese periodo nos hablan y nos lo recuerdan constantemente las piedras de sus casas, y sus calles serpenteantes, el que no vea su belleza es que está ciego……

Para dar fe, os dejamos cuatro fotos de la villa……

Rayo
Alberto Lunas

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Villa de los secretos ocultos

La Villa de los secretos ocultos

Hola de nuevo.

No todos, incluidos los castilleros, conocemos todos los secretos arquitectónicos y “joyas” que existen en Castillo.

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A Castillo de Garcimuñoz podríamos describirla como la “Villa de los secretos ocultos”.

Hasta hace poco no conocíamos, por ejemplo, la fuente de abajo y su nacimiento, o ni tan siquiera la mismísima fortaleza, de los que por fortuna, hoy disfrutamos.

Pero no son los únicos, estos ya “ex secretos, existentes. Solamente hay que visitar algunas de las casas para poder apreciar algunos de ellos, como podrían ser; murales, artesonados, patios columnados, chimeneas, o la infinidad de cuevas existentes y sobre todo las cegadas, que al descubrirlas, pueden mostrar varios tesoros fielmente guardados durante cientos de años. Muchos han oído que en Castillo existe una copia de la Sabana Santa, pero ¿Cuántos la han visto? (Revisad la posdata al final del artículo, hay una noticia sobre esta “joya”).

O, el secreto más escrupulosa y minuciosamente guardado durante 400 años… ¿Qué esconderá el cerro de San Juan? Interesante ¿Verdad?

No cabe duda de que en la Villa existió un rico patrimonio, sobre todo arquitectónico, del que desafortunadamente no ha sobrevivido ni tan siquiera un 1%. Pero este rico patrimonio se puede atisbar en los restos diseminados por toda la villa y que, con un poco de agudeza visual e imaginación, nos lo puede volver a mostrar en todo su esplendor.

Hoy nos vamos a dedicar a una de estas “joyas” poco conocidas pero, podría decir, por lo menos a mi entender, la más importante, bonita y espiritual que existe en la Villa. Cada vez que accedo a visitarla siento una emoción imposible de explicar con palabras, como si la paz se adueñara de mí, como si necesitara quedarme el mayor tiempo posible dentro, y fuera transportado, tal vez no de lugar, pero sí de época.

Hace 691 años, concretamente en 1326, nació esta “joya”.

Como todo gran secreto o joya, esta se guarda dentro de un sencillo cofre, sin adornos, sin ostentación de riqueza. Un envoltorio que no llamaría la atención a nadie que pasase a su lado, a no ser por la pequeña “cerradura” de este cofre, que abre los ojos y la curiosidad del transeúnte hacia el interior de este. Una cerradura en forma de placa y un pequeño resto de escudo.

 

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Imágenes exteriores del sencillo y sobrio “cofre” que en su interior esconde la nuestra “joya secreta”.

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Imagen de visitantes a punto de descubrir el secreto escondido en el interior del cofre.

Imagen de la pequeña «cerradura» en forma de placa.

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Si, nos referimos al Real Monasterio de Agustinos.

Como bien reza la placa, fue fundado por el “Infante” Don Juan Manuel (siempre lo llamaré Infante), nieto del Rey de Castilla Fernando III el santo, y su esposa la Infanta Constanza de Aragón, hija del Rey Jaime II de Aragón, concretamente el 11 de mayo.

Don Juan Manuel era el señor más poderoso de su época, y había elegido al Castillo como la capital de sus señoríos. Aquí residiría su familia y la convertiría en “su casa”.

El lugar elegido para ser la capital de tan inmenso señorío, además de ser el centro del poder, debería parecerlo, por lo que Don Juan Manuel comenzó a invertir en la remodelación de la Villa con dicho objetivo. Comenzando por su Alcázar, fortificando la población y dotándola de los servicios necesarios para convertirse en una capital, así como atrayendo al Castillo a su corte, “riscoshombres” que construirían sus casas señoriales y aportarían poder económico, poder cultural y esplendor a la misma.

Pero, ¿Qué es de una capital moderna y poderosa sin los símbolos del poder espiritual, del poder religioso?

Para una gran capital, sería necesario que en ella se apostara un obispo y con él se construyera una catedral como símbolo de dicho poder. Este extremo, claro está, no pudo ser llevado a cabo en el Castillo, por lo que, si no se puede tener obispo y catedral, se tendrá Prior y Monasterio.

Como he dicho antes, la capital no solo debe serlo, sino también parecerlo. La imagen de poder debía ser visible desde muy lejos y, el Castillo es visible desde decenas de kilómetros a la redonda. Pero además debe ser patente ese poderío a través de sus edificios, y para ello debe ser bien visible un fuerte alcázar, unas poderosas murallas, y unos altos campanarios que muestren al visitante lo cerca que se encuentran de Dios. Para ello, Don Juan funda este Monasterio y reforma las iglesias, para que a cada paso que diera un visitante acercándose a la Villa, esos poderes quedaran más patentes.

El monasterio fue creado en un solar propiedad del propio Don Juan Manuel y otro contiguo que compra para tal efecto, como en sus propias palabras dice “marcando el mismo los límites, en un solar al lado de la puerta de Cuenca y que entre las murallas y dicho monasterio debería haber una calle por la que al menos cogieran tres hombre a caballo”, igualmente se asegura “de que en el monasterio no se hiciera ninguna fortaleza que pudiera causar daño a la villa o a su propio alcázar”.

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Imagen: En azul el terreno que ocupa el monasterio, gran espacio en relación con la población.

Dicho solar abarca unos 9400 m2.

Se entregó a Don Fray Pascual de Deza, prior de Toledo y a su compañero Don Fray Martín y, para gestionar el monasterio se decidió donarlo a una “nueva” orden religiosa, los Agustinos mendicantes.

Convirtiéndose en el primer monasterio de Agustinos de todo el obispado de Cuenca y uno de los primeros del Reino. (Cabe recordar, que el obispado de Cuenca en esos años abarcaba más de la actual provincia de Cuenca).

Esta orden de Agustinos se había creado en 1244 apenas 82 años antes de la fundación del monasterio. Era una orden nueva y de pobreza evangélica, que sería por lo que posiblemente la eligió Don Juan Manuel.

Al ser una orden pobre, Don Juan Manuel proveyó para su sustento una heredad, en el canal de Mirafata, cerca del Júcar, donde podrían hacer huertas y labrar. “asi como va rivera de Xucar, entre el calçe e el rio, e que puedan labrar y fazer huertas y molinos en el calçe”; Esta heredad no podían alquilarla ni venderla, solamente cambiarla por alguna otra más cerca del monasterio y de mejor provecho. Además de tener que autorizar ese trueque el mismo o sus herederos directos.

Igualmente, a posteriori les cedió un horno de pan en la calle Romeral. “el mi forno que yo he en el dicho logar que es en la cal del Romeral” Igualmente con la condición de no poder venderlo.

Pero volvamos al monasterio en sí. Como todos los monasterios estos se construyen alrededor de un claustro. Un patio rodeado de columnas o arcos como es nuestro caso y, tras esos arcos una galería alrededor de la cual se construía todas las dependencias del monasterio.

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En las imágenes actuales resaltamos el claustro. En verde el patio, en naranja la galería alrededor del claustro y entre ambos los arcos, aún hoy existentes.

En relación al estado actual, la parte de los arcos del claustro que están cegados, claramente están mejor conservados que los que están a la intemperie, como podremos ver a continuación.

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Imagen: Restos del claustro, lado oeste, hacia la iglesia del monasterio.

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Imagen: Claustro, ala sur.

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Imagenes: Detalle de una de las puertas de acceso al patio del claustro y arcos cegados del mismo, del ala norte.

¿Y de la iglesia que sabemos? Todos los monasterios tienen iglesia.

Pues que era de estilo gótico, que era de unas muy considerables medidas para la época en que fue construida, recordad 1326.

Medía unos 23 metros de ancha, entre 15 y 20 metros de alta y alrededor de 40 metros de larga y estaba dispuesta en 3 naves.

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Imagen: Traza interior de la iglesia en rojo.

Para el acceso del público disponía de dos puertas, una daba a la calle de la Virgen (Puerta de Gracias), en el muro aún se conserva el hueco de la puerta y de las ventanas de este lado de la iglesia. Esta puerta da hoy a la casa de Pedro “el de la catalana”, casa por supuesto que en aquél entonces no existía y en la que, en vez de casa, había un atrio, plaza o escalinatas para el acceso. Y otra puerta, la principal, que daba a la calle corredera. Igualmente tambien dispondría de otra más para comunicar la iglesia con el claustro.

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Imagen: Puerta de Gracias, de acceso desde la calle La Virgen.

En el interior, la iglesia disponía de 15 capillas, además de la Capilla Mayor. Algunas de ellas sabemos, por las descripciones, que debían ser realmente bellas y ricas en su decoración, y con ricos enterramientos. Sobre todo la de los “Castillo” (familia rica conversa) y la de los Vayletes, en esta por ejemplo, se dio pleito homenaje por los procuradores de todas las villas al primer marqués de Villena.

En el lado de la epístola (lado derecho de la Capilla Mayor), se encuentran los restos de la que debía ser la capilla de Los Remedios, en la que se conservan aún pinturas policromadas que la decoraban.

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Imagenes: Detalles de la capilla de los Remedios.

Por su parte la Capilla Mayor es la mejor conservada, tras haber sido los últimos años un palomar. En ella podemos ver tres bellos rosetones, en tres capillitas en las que se observa el arranque de la decoración de cada una de ellas, así como las bases, columnas y arranques del crucerio de la bóveda de la iglesia.

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Imagen: Capilla Mayor.

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Imágenes: Detalles de los rosetones de la Capilla Mayor.

Estas capillitas conservan los arranques de su decoración. Como vemos en las siguientes imágenes.

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O los restos, ya diseminados por todas partes.

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En el lado derecho de ábside de la Capilla Mayor se encuentra un escudo arzobispal.

Los escudos eclesiásticos se rigen por el Capelo (sombrero), que en este escudo está casi perdido, y las borlas que indican el grado dentro de la iglesia (cardenal, Arzobispo, Obispo, etc..). Este escudo estaba policromado, aún se pueden ver restos de esta policromía en la cabeza inferior. El color de los arzobispos es el verde, por tanto, el capelo como las cuerdas y borlas debían ser de ese color.

La siguiente imagen es un modelo de cómo sería el capelo y las borlas.

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Imagen: Escudo arzobispal de la Capilla Mayor del monasterio.

 

En el escudo llama la atención, además del capelo y las borlas, la cabeza antropomorfa de la parte inferior, que bien puede hacer referencia a las penurias de la vida terrena, contrapuestas con la vida celeste representada por el Capelo.

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Imagen: Escudo de armas.

Y en las armas en sí del escudo, este está dividido en cuatro cuarteles, teniendo en dos las armas de los Agustinos, un corazón atravesado con los dardos de la caridad y, en los otros dos, las armas de los Manuel, la espada alada.

Esta espada existe, se llama Lobera, era la espada del rey Fernando III el Santo, abuelo de Don Juan Manuel, y se encuentra actualmente en la catedral de Sevilla. Esta espada tiene su leyenda, pero esto da para otra entrada y ahora no viene a colación.

Justo enfrente de este escudo había otro de iguales dimensiones ahora perdido, era el escudo de Felipe V, como habéis visto al principio lo llamé “Real Monasterio” justamente porque el 13 de febrero de 1741 Felipe V lo convirtió en un monasterio de Patronato Real, que en la práctica lo que significaba es que era la propia Corona y su Consejo Real eran quienes guardaban por el monasterio y los que entendían de cualquier asunto o pleito del propio Monasterio.

De este escudo solo quedan restos de la «Llama de Prometeo» que forman parte del Collar de la Orden del Toisón de Oro que rodeaba el escudo.

La siguiente imagen es del collar de la Orden del Toisón de oro, de la que el Gran Maestre es el Rey de España. Y en el que pueden observarse las partes que lo forman; el colgante es el Vellocino de Oro, y el collar en sí lo forman eslabones de dos B contrapuestas y entre cada una de las dos B, otro eslabón con la Llama de Prometeo.

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Imagen: Collar de la Orden del Toisón de Oro.

 

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Imagen: Idealizada de cómo sería más o menos el escudo existente.

 

Y por último los restos, donde lo único que queda son las Llamas del Toisón.

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Imagen: En los círculos rojos los restos de las llamas de Prometeo.

 

En la parte posterior del ábside podemos encontrar los contrafuertes, construidos con piedras en los que aún son visibles las firmas de los canteros, la escalera que subía a campanario y una ventana en forma de sierra que daba luz a la Capilla Mayor.

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Imágenes: Parte posterior del ábside.

 

¿Qué supuso el monasterio y como sería la vida en el mismo?

Los monjes de la Orden de San Agustín eran una orden mendicante pobre, vestían y visten un hábito que está conformado por una túnica de color negro que llega hasta los tobillos y está ceñido por un cinturón de cuero negro que cae hasta el borde de la túnica y encima va una capucha en forma de punta o de cono que debe llegar hasta la cintura, conocida como capilla.

La vida en el monasterio en principio era lo que cabía esperar de un monasterio cualquiera, los frailes se dedicarían a sus quehaceres diarios en cuanto a oración y evangelización; para el sustento, algunos frailes labrarían y sembrarían en los huertos y tierras donadas, cuidarían de animales y cocinarían, otros se encargarían de la formación y educación, cabe recordar que el monasterio tenía escuela para el pueblo, todo un lujo para aquél entonces, y los más se encargarían de la biblioteca y trabajarían copiando incunables o realizando sus propias obras.

Cuando murió la infanta Constanza de Aragón, fue enterrada en el monasterio, seguramente en la capilla Mayor, hoy no queda nada de ese sepulcro. Posiblemente Don Juan Manuel también tenía idea de ser enterrado en el mismo sepulcro junto a su mujer; como recordaréis Don Juan Manuel donó algunas heredades a los frailes para que pudieran mantenerse al ser una orden mendicante, pero ya al poco de fundarse el monasterio este comenzó a recibir heredades y capellanías de muchas familias ricas, que querían de esta forma salvar sus almas, lo que hizo que el monasterio comenzara muy rápidamente a convertirse en un gran centro poder económico gracias a esas donaciones.

Don Juan Manuel parece que deseaba que los frailes no acumularan riquezas que los desviaran de sus tareas de evangelización. Este hecho de acumulación de riquezas, puede ser el que hiciera a Don Juan Manuel cambiar de decisión y no ser enterrado ahí, sino en el convento de Dominicos de Peñafiel y que igualmente, ordenase el traslado también de su mujer.

El monasterio se convirtió posiblemente, en los siglos venideros en el mayor propietario y rentero de la villa, poseía heredades por toda la comarca, disponía de viviendas que alquilaba, tiendas, carnicerías, hornos. Además de dinero (“censos”) dado por las familias más ricas.

Tenemos algunos ejemplos de donaciones. Los Vayletes, por ejemplo donaron 2000 almudes en la Puebla y Villar de la Encina y donaban a perpetuidad 500 maravedís anuales, para que su familia fuera enterrada en el Monasterio, concretamente en la capilla de San Blas.

Esto se acrecentó con la persecución hacia los judíos, los conversos solían ser familias muy ricas y para demostrar de cara a la opinión pública (y a la inquisición) su cristiandad donaban grandes cantidades al monasterio como a las otras iglesias de la Villa. Muestra de esto es por ejemplo, la familia Castillo que como señores de Santa María del Campo (rus), hicieron que este pueblo donara a perpetuidad 2250 maravedís por una misa diaria.

Otro Castillo, por ejemplo, dona varias casas, 630 almudes en La Almarcha, 600 vides que tenía en la Fuente de Mingo Abad, 3000 maravedís anuales y otras heredades por una capilla.

O el propio Diego López Pacheco (marqués de Villena), que dio heredades y posesiones en Villaescusa de Haro, El Cañavate, Villar del Saz, Honrubia, etc.. Además de 9000 maravedís anuales.

Estos son solo unos simples ejemplos, pero durante los siglos que estuvo el monasterio en activo esto fue una constante.

Así el convento tenía posesiones y su radio de acción abarcaba más de 50 kilómetros a la redonda.

Tanto es así que en el siglo XIX, cuando debido a las presiones políticas liberales los monasterios de toda España estaban ya venidos a menos (para esa fecha les habían expropiado casi todas sus posesiones), cuando fueron expulsados los últimos frailes del monasterio, aun así se subastaron casi 600 hectáreas de terrenos de cultivo que le pertenecían, que si hoy son muchísimas, por aquél entonces lo eran mucho más.

Todo esto habla del poder económico en el que se convirtió el monasterio, pero no solo fue eso, también fue un centro cultural y social, en su parte más notoria vuelvo a recordar que disponía de escuela para la población y biblioteca cosa que en muy poquitos lugares ocurría. Lo que redundaba en la cultura de los habitantes del Castillo.

Varios de sus frailes fueron grandes escritores, filósofos, catedráticos u obispos entre otras “profesiones”.

Fray Gregorio de Alarcón. Obispo de nueva Cáceres en Filipinas y luego en Santiago de Cuba.

Fray Luis de Ávila. Prior en Toledo, Valladolid y Madrid.

Fray Alfonso de Mendoza y Fray Álvaro de Soria fueron catedráticos en Salamanca.

Fray Francisco de Ortega, Vicario en misiones en Filipinas y obispo de Nueva Cáceres.

Fray Jerónimo Seripando que fue general de la Orden y posteriormente Cardenal, participando en el Concilio de Trento.

Fray Nicolás de Tolentino. Capellán de los ejércitos de Carlos I (V en Alemania).

Y tantos otros destacados sobre todo en letras, de donde se vio la increíble fábrica de eruditos que dio el monasterio, lo que nos lleva a pensar que en él se cuidaba y mucho la formación cultural.

Uno de los hechos que más llaman la atención de la vida del monasterio, no tiene nada que ver con su poder económico o las personalidades, nobles y reyes que pasaron por sus muros. Si no con un hecho prodigioso.

Si, entre los muros de este convento, y sabemos exactamente donde (un par de metros a derecha o izquierda) ocurrió un milagro “verdadero”. Un milagro autenticado y como tal registrado en los archivos vaticanos.

Este hecho trata sobre uno de los Frailes que comentamos un poco más arriba. Fray Nicolás de Tolentino.

38Dice, que había un niño en Castillo, cuyos padres eran Juan de Peralta y Bernardina de Quincozes. Que habiendo muerto el niño, tras un profundo dolor sus padres lo amortajaron, lo depositaron en el ataúd y tras velarlo lo llevaron a enterrar al monasterio (entendemos que serían una familia adinerada). Al depositar el ataúd en la capilla de San Nicolás de Tolentino, (un santo italiano), y entonar los llantos, suplicas y oraciones de los padres, parece ser que Dios los escucho y el niño resucitó. Y este fue el milagro. Para dejar testimonio del hecho prodigioso quedó en la capilla la mortaja y el ataúd del niño, según cuenta la historia de la Orden de los Frayles Hermitaños de San Agustín.

 

Imagen: San Nicolas de Tolentino.

 

Tiempo después este niño (del que no sabemos su nombre real) tomo el habito de San Agustín en este mismo monasterio e igualmente tomó el nombre del Santo que obró el milagro de su resurrección. Fray Nicolás de Tolentino. Esto último ocurrió el 26 de Enero de 1526.

Según un registro/elogio en el Libro de las Profesiones de Salamanca, Fray Nicolás de Tolentino fue un “Varón de gran virtud, murió mártir”. Fue durante 10 años provincial de Cerdeña y posteriormente capellán de los ejércitos. En este cargo murió martirizado por los turcos. Esto lo cuenta Fray Gerónimo Román en sus “Centurias impresas” del año 1569.

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Imagen: Vida y martirio del venerable Padre Fray Nicolás de Tolentino.

 

Cuenta que esto acaeció cuando el ejército imperial tomo las fortalezas de Modon y Coron en la Morea (Grecia), el capellán de los ejércitos imperiales era Fray Nicolás de Tolentino. Como estaban en la frontera siempre tenían muchas escaramuzas con los turcos, y en estas escaramuzas y batallas Fray Nicolás se ponía al frente de la tropa, portando su crucifijo, animando a los soldados para que luchasen valerosamente por la religión y, siempre que Fray Nicolás iba al frente los turcos salían mal parados.

Tanto es así que los turcos se dieron cuenta de este hecho y decidieron “volver las armas” contra el fraile y así lo hicieron, logrando en una de las escaramuzas aprehenderlo. Según cuenta Fray Gerónimo, ni cautivo dejó Fray Nicolás de intentar evangelizar a los turcos, haciéndoles ver la luz de la Fe en Cristo, “más ellos como enemigos del hombre cristiano, le persuadieron, que renegase de nuestro Señor Jesucristo, y que lo llevarían a Constantinopla, y lo harían Alfaquí suyo, y lo honrarían”. Mas Nicolás no cejó en su fe, entonces lo desnudaron y lo azotaron, y como a pesar de las torturas se acrecentaba la fe en Fray Nicolás, los turcos redoblaban los tormentos. Al final como no pudieron doblar la inquebrantable fortaleza de Fray Nicolás decidieron matarlo cruelmente cortándole pies, manos y resto de miembros. “y pagó (pasó) desta vida por corona de martirio”.

Esto fue el milagro y la vida de Fray Nicolás de Tolentino, nuestro mártir castillero.

Para acabar con la historia del monasterio como ya hemos dicho, los procesos de desamortización y concentración del siglo XIX, encabezados por Mendizabal y Madoz, llevaron a la práctica desaparición de las órdenes religiosas. Hasta el año 1834 existían 3027 conventos, quedando tras el proceso solo 41.

Ese año de 1834 se expulsa a los últimos religiosos, que quedaban en el monasterio de San Agustín del Castillo, siendo su último Prior Fray Cayetano Cano. Se subastaron todos los bienes que poseía el monasterio, el mismo se utilizó de cárcel y audiencia y posteriormente fue derruido como aprovechamiento de sus piedras para otras construcciones y finalmente se vendió a particulares.

Así finalizó la historia de monasterio hasta llegar a la situación actual. Hoy la mayor parte del monasterio pertenece a José María González Muñoz, uno de nuestros historiadores locales, que como orgulloso de las piedras en las que

habita, no deja pasar la oportunidad de enseñar los restos

a quien esté interesado. (Gracias José María por la paciencia). 40

El propio José María escribió un libro que trata sobre el monasterio, el que ya va por la tercera edición, si mal no recuerdo, para los más curiosos en él podéis ampliar la información sobre el monasterio, y si aprovecháis una visita, podéis comprárselo al propio José María que además seguro está encantado de escribir en él una dedicatoria.

 

 

La sociedad tiene la obligación de preservar el patrimonio histórico, la sociedad que no salvaguarda su memoria y su historia es una sociedad que tendrá más problemas para desarrollarse, una sociedad en la que se volverán a repetir errores del pasado y abocada a desaparecer. Este monasterio forma parte de nuestro pasado y de nuestra historia, hasta no hace mucho él contribuyó en gran parte, a formar nuestra actual cultura y forma de ser.

El monasterio se está deteriorando inexorablemente, día a día, lluvia a lluvia sus piedras sin protección se van consumiendo, es una obligación ineludible que tenemos todos los castilleros de luchar por conseguir que éste no se pierda irremediablemente, en las manos de todos está que esta joya se mantenga siempre viva. Si así lo hacemos, la Villa y todos sus habitantes serán recompensados, no cabe duda que el monasterio es un gran activo para Castillo de Garcimuñoz.

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p style=»text-align: justify;»>PD: Una gran noticia se acaba de dar en relación con el patrimonio de la villa. Hace unos días se aprobó la construcción de un auditorio para la localidad, que dispondrá de una “cueva-sala” para depositar y exponer otra de las “joyas ocultas” la sábana santa. Esperemos que el proyecto se lleve a cabo y la villa pueda recuperar esta parte de su gran patrimonio. Un saludo. Villa de los secretos ocultos.

Dia de la villa 695 aniversario

Dia de la villa 695 aniversario

¡¡¡Felicidades castilleros por vuestro 695 aniversario!!!

Qué mayores somos todos ¿no?…..

No ¿verdad?…jejeje.

Estoy hablando de los 695 años que se cumplen hoy desde que el Castillo consiguió jurisdicción propia y se convirtió en villa.

¿Qué es eso de tener jurisdicción propia? ¿De qué manera y cuándo la consiguió el Castillo? Y, ¿Cómo lo sabemos?

Para aclarar estas dudas he preparado esta pequeña entrada sobre este hecho histórico. Espero os guste.

¿Qué es tener jurisdicción propia?

Tener jurisdicción propia es, simplemente, que en la localidad exista un órgano, “ayuntamiento” o “concejo” que administre la vida, costumbres, oficios y un territorio delimitado propio, vamos, que ese órgano, que gestiona la vida de la localidad no esté ubicado en otra villa.

Lo primero que hay que puntualizar, es que nos referimos a aniversarios de jurisdicción o jurisdicciones posteriores a la reconquista de los territorios musulmanes por parte de los cristianos. Anteriormente, en época musulmana, visigoda, romana, celtibera, etc, no sabemos qué tipo de jurisdicción podían tener las actuales poblaciones sobre su territorio (propia o no), al menos en lo que nos ocupa, el Castillo.

En el transcurso de la reconquista por parte de los reinos cristianos sobre los musulmanes de la península ibérica, tras la toma de un territorio, se debía promover la colonización de dicho territorio por cristianos y, se procedía a su organización mediante un órgano llamado concejo.

En la edad media, no disponían de las comunicaciones ni medios de transporte de los que gozamos actualmente, por lo que para poder colonizar el territorio necesitaban crear muchos puntos urbanos “aldeas”, según las necesidades, sobre todo agrícolas y, centralizar la organización de dicho territorio en el núcleo urbano más importante, la “villa”, desde donde se organizaba la vida, las leyes, se impartía justicia, se centralizaba la recaudación de impuestos, etc, de todas sus aldeas.

Sabemos que 1172, el Castillo ya estaba habitado por cristianos, porque según cuentan escritos musulmanes, concretamente en la crónica “Al-Mann Bil Imama” del historiador Abu Marwan Abd al-Malik ben Muhammad ben Sahib al-Sala (vaya nombrecito), una expedición almohade al mando de Yaqub Ben Yusuf, ataca el Castillo matando a toda la población, capturando a mujeres y niños y demoliendo el castillo. Aunque pocos años más tarde, alrededor de 1184 las tropas del rey Alfonso VIII camino de Alarcón, lo vuelven a reconquistar y a colonizar por cristianos ya definitivamente. Con esto podemos indicar que esta fecha de 1184, es cuando puede comenzar la organización administrativa cristiana sobre el Castillo, como una más de las 62 aldeas bajo la jurisdicción de Alarcón, una de las villas más importantes del reino.

Aaldeas de Alarcon
Listado de aldeas de Alarcón. Padre Burriel.

Aquí disponemos del listado de las aldeas de Alarcón (listado del Padre Burriel, extraído del Archivo de Alarcón), en ella no aparece el Castillo, esto puede deberse a que el Castillo no estaba habitado por aquél entonces (recordemos que lo devastaron completamente) o que pasó a depender de Alarcón posteriormente, pero es seguro que fue aldea de Alarcón.

Este periodo del Castillo sin jurisdicción, como aldea, puede durar unos 138 años concretamente hasta el 3 de octubre de 1322.

¿Cómo llega el Castillo a tener jurisdicción propia?

La mayoría de villazgos de las aldeas bajo la jurisdicción de otra villa en España, se enmarcan dentro de un proceso que surgió para eliminar los señoríos, pero este proceso o movimiento comenzó a finales del siglo XVII, XVIII y finalizó a principios del XIX, El Castillo consigue su jurisdicción a principios del XIV con lo que no se enmarca dentro de este proceso, por lo que tuvo que deberse a otros motivos.

Uno, bien podría ser que desde Alarcón no se podía gestionar un territorio tan amplio como poseía, por lo que tuvo que dividirse para una mejor administración y otro, tal vez el más probable, es que era la manera que encontró el “infante” Don Juan Manuel, de debilitar a la nobleza hostil hacia su persona que se encontraba en Alarcón, y en concreto, con el Castillo más aún, para evitar la injerencia de estos nobles, puesto que él había elegido nuestra villa como residencia de su casa y corte (“el mio Castiello, donde guardo mis dineros” decía) y, si el Castillo iba a ser la capital de su señorío y donde viviera su familia, esta población no podía ser aldea de otra, sino villa y mucho menos a expensas de los nobles anteriormente mencionados.

«Infante» Don Juan Manuel

Así todo esto, el 3 de octubre de 1322, Don Juan Manuel consigue que el concejo de Alarcón firme la carta de Villazgo del Castillo separándolo de su jurisdicción y dándole una propia. Asignándole las aldeas de Torrubia, La Puebla, Quintanar, La Nava y Pinarejo y posteriormente, La Almarcha, Cañada Negrita, Ucero, Don Benito, El Licenciado y demás aldeas y casas. Dotando al Castillo del “Fuero de las Leyes”, con la peculiaridad de que en Castillo, a diferencia de por ejemplo Alarcón y la mayoría de villas, los caballeros e hidalgos no estaban exentos de pechar (pagar impuestos) por su patrimonio. Todos debían pechar sin excepción.

Ya sabemos lo que es conseguir el villazgo o la jurisdicción propia. También sabemos cuándo la consiguió el Castillo y de qué manera.

Pero, ¿Cómo lo sabemos?

No existe la carta de villazgo, desapareció como la mayoría del archivo de la villa después de la guerra civil del siglo XX, pero gracias a ratones de biblioteca, a amantes de la historia que se fascinan por los restos de piedras y documentos antiguos, como nuestro amigo Miguel Salas Parrilla, que son capaces de buscar en archivos y bibliotecas históricas, tanto públicas como privadas, leer miles de documentos antiguos, recopilar información y realizar publicaciones con la información recopilada, como los libros que Miguel ha publicado, para que a nosotros, “los amantes de la historia de sillón”, nos sea fácil entender los tiempos pasados. Pues como digo, gracias a historiadores como Miguel conocemos al Padre Burriel. Gracias Miguel.

Andrés Marcos Burriel, nace en Buenache de Alarcón (a escasos kilómetros del Castillo) en 1719. Fue Jesuita, historiador y escritor. Pertenecía a una rica familia por lo que pudo estudiar Filosofía, Teología y Gramática.

Andrés fue elegido por el rey Fernando VI para dirigir la Comisión de Archivos, cuya misión era recopilar documentación de todos los archivos posibles que ayudaran a la monarquía en la pugna que mantenía contra la iglesia por sus derechos.

Durante 7 años el padre Burriel se dedicó a recorrer el reino y recopilar información de todos los archivos, recopiló alrededor de 13664 documentos de varios archivos.

Gregorio Mayans
Gregorio Mayans i Siscar amigo del Padre Burriel

En esta tarea el padre Burriel pasó algunas temporadas en el Castillo. Lo sabemos porque se conservan algunas cartas suyas dirigidas sobre todo a su amigo Gregorio Mayans fechadas en el Castillo durante 1745.

 

 

Como decimos, estuvo revisando el archivo de Castillo de Garcimuñoz y entre los documentos que revisó y que apuntaba en su registro, encontramos la siguiente entrada.

En ella se lee textualmente:

Carta, en que la Villa y Concejo de Alarcón hace Villa a su Aldea del Castillo a contemplación del Infante D. Juan Manuel. Fecha, è otorgada por el Concejo de Alarcón, Domingo tres días andados del mes de Octubre era de 1360 annos.

Indice Padre Burriel
Indice del Padre Burriel del archivo de Castillo.

 

Como vemos el padre Burriel encontró y registró en su índice la carta de Villazgo, por lo que gracias a él aunque se haya perdido el documento en sí, podemos saber exactamente cuando ocurrió.

Si habéis intentado leer la entrada y habéis sido observadores, habréis comprobado que la fecha no coincide. En la carta de villazgo pone que se concedió en el año “era” 1360, entonces ¿por qué aseguramos que fue en 1322 (Domini)?

Igualmente si os fijáis a la derecha de la anotación el historiador ha realizado una operación 1360 – 38 = 1322.

¿A que se debe esto?

Esto se debe a nuestros amigos los romanos, en Castilla hasta el año “Domini” 1384 se utilizaba para el cómputo de los años la “Era hispánica”.

Pero, ¿Qué es esto de la “Era hispánica”?

Bien, vamos a ver si soy capaz de explicároslo. Para los romanos, su año 1 fue “Ab urbe condita” (desde la fundación de Roma) y, desde este hecho contaban los años, justamente en el año 716 “Ab urbe condita”, Hispania, pasa a ser una provincia tributaria y, a partir de este nuevo hecho comienza una nueva forma de contabilizar los años, para la nueva forma el año 1 “Era” o “Sub era” (hispánica), coincidía con el 716 “ab urbe condita”. Esta forma de contabilizar los años en Castilla estuvo en uso hasta el año “Domini” 1384, en el que se decidió cambiar de nuevo la forma de contabilizar los años, decidiendo a partir de entonces que el año 1 sería el año de nacimiento de Jesucristo “Anno Domini” que es el que utilizamos actualmente.

Y, el año 1 “Domini” es exactamente 38 años después que el año 1 “Era”, de ahí esa resta. Vamos que Jesucristo nació 38 años después de que Hispania se convirtiera en provincia tributaria de Roma.

Año 1 Domini (nacimiento de Jesús) = Año 38 Era (Hispania pasa a ser provincia) = Año 754 Ab urbe condita (Fundación de Roma). Estos tres años son, el mismo año.

Un poco lioso ¿no?, ¿os ha quedado claro?, espero que sí.

Por lo tanto, si nos encontramos con un documento castellano en el que la fecha sea inferior a 1422 es muy posible que haya que realizar la resta y si aparece la palabra “Era” o “Sub Era”, como es el caso que hemos visto de la Carta de Villazgo del Castillo, es seguro que hay que hacer la resta y, si aparece la palabra “Anno Domini” o “AD” no, puesto que ya es sobre la cronología que utilizamos actualmente.

Actualmente para indicar el tipo de cronología que utilizamos, usamos las abreviaturas A.C. (Antes de Cristo) y D.C. (Después de Cristo).

Aquí teneis un enlace que lo explica más profundamente.

En fin, espero que os haya gustado y que hayais aprendido un poco más de la historia del Castillo.

Os deseo un feliz Dia de la Villa 695 aniversario.

¡¡¡VIVA EL CASTILLO!!!

Y ¡¡¡Viva su comarca!!!

 

Jornada Manriqueña 2017

Jornada Manriqueña 2017.

Este sábado 29 de abril de 2017 se celebrará, como es tradicional, la XXII jornada Manriqueña.

Estas jornadas, que  se vienen celebrando ininterrumpidamente veintidós años, conmemoran unos hechos que acaecieron hace 538 años y que conllevaron la muerte de uno de los mejores poetas que han existido en lengua castellana, Jorge Manrique.

Como todos los años, los actos están organizados por el «triángulo» de ayuntamientos cuyas poblaciones estuvieron involucradas en dichos hechos, Uclés, Santa María del Campo Rús y Castillo de Garcimuñoz.

Este año los actos se celebran en la localidad de Uclés, a los que todo el mundo está invitado. La organización, pondrá a disposición de los que quieran asistir a los actos desde Castillo de Garcimuñoz (y Santa Maria), un autobús que le acercará a Uclés y les retornará de nuevo al Castillo una vez finalizados los actos. 

Os traslado el mensaje del ayuntamiento de Castillo de Garcimuñoz, animando a todos a que asistan a dichos actos y que conviertan los mismos en una fiesta.

Adjunto el programa de actos. Un saludo.

Jornada Manriqueña 2017

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Jornadas Manriqueñas 2016

Garcimuñoz Medieval

Este pasado sábado 29 de octubre fue presentado en el ayuntamiento de Castillo de Garcimuñoz el nuevo libro sobre la historia del Castillo.

«Garcimuñoz Medieval, El castillo y la villa del siglo XIII al XV».

El acto fue presidido por el Excmo. Alcalde de Castillo de Garcimuñoz, Fco. Javier Lavara, el cual fue el encargado de dar comienzo al mismo en el que dio las gracias a los autores por el extraordinario trabajo realizado. Y del que el Castillo y su pueblo se debe de sentir orgulloso.

Posteriormente tomó la palabra nuestro conocido vecino de La Almarcha y coautor del libro, Miguel Salas Parrilla. Autor de varios libros de historia, algunos de ellos referidos al Castillo, población la cual le inculcó su interés por la historia cuando, siendo un niño, «subía» al Castillo con sus padres.

Miguel comenta que el trabajo y recopilación de datos para este libro ha durado «30 años», puesto que para la realización del mismo, han utilizado documentos recopilados desde que comenzaron su trabajo como historiadores.

Pero la llave que llevó a poner en marcha este proyecto, fue la localización en el Archivo de la Nobleza de Toledo una caja inédita con documentos exclusivos de Castillo de Garcimuñoz.

Miguel comentó la problemática de realizar estos trabajos, debido a la desaparición de los archivos municipales de la mayoría de pueblos de España tras la guerra civil, cuando, para solucionar la falta de papel, se ordenó triturar los archivos municipales para la fabricación del mismo.

Miguel siguió explicando que el caso de Castillo de Garcimuñoz puede ser una pequeña excepción, puesto que parte de estos archivos se envió a Madrid dentro del proceso que se mantuvo en el villazgo de La Almarcha y dichos documentos se conservaron en el Archivo Histórico Nacional, y que sumado a la ya conocida «caja» del Archivo de la Nobleza de Toledo, dan una cantidad de documentos notable.

Para realizar este trabajo se han consultado y extraído información de los 15 mayores Archivos Nacionales.

Miguel terminó su intervención presentando a su compañero Aurelio Pretel y dándole las gracias por su excelente trabajo.

Aurelio Pretel Marín, académico de la Real Academia de la Historia, y fundador del Instituto de Estudios Albacetense y autor de una treintena de libros y decenas de otros trabajos de historia, reconocido historiador y medievalista. El fue el encargado de presentar y explicar el libro presentado.

Aurelio comenzó dando las gracias al ayuntamiento de Castillo de Garcimuñoz, en las personas de su alcalde Fco. Javier Lavara y su teniente de alcalde Miguel Angel Castillo, por el apoyo recibido de parte del consistorio en la elaboración de dicho trabajo. El ayuntamiento ha hecho suya esta publicación, no solo en su elaboración y publicación con más de 1000 ejemplares para su primera edición, sino que también en la subvención de su distribución. Según palabras de los autores «este libro se leerá en todas las universidades y un trabajo de este calibre suele costar alrededor de los 50-60 euros y el precio al que saldrá dicho libro es de 15 euros lo que facilitará enormemente su distribución».

Igualmente dio las gracias a su compañero Miguel Salas, al que calificó de experto moviéndose por los archivos y consiguiendo documentos. Sobre lo cual comentó que, «la cantidad de documentos que disponemos triplica o cuadriplica cualquier trabajo realizado antes. Con tal cantidad de documentos podríamos haber escrito cuatro libros».

Antes de comenzar a resumir en que consiste el libro, Aurelio indicó que la historia es fuente de recursos y riqueza que pueden explotar los municipios como Castillo de Garcimuñoz tan lastrados por la falta de otros recursos económicos.

El libro desarrolla la vida y hechos en el siglo XIII, XIV y XV en el Castillo, desde sus orígenes y el del propio nombre de la población, pasando por los grandes señores de la Villa Don Juan Manuel, los Pachecos y centrándose en documentos que regían la vida como referentes a los monasterios existentes en la Villa, vida entre moros, judíos y cristianos, el fuero de las Leyes, etc.

En el libro destacan la importancia que tuvo Castillo de Garcimuñoz en la historia de España, como capital del Señorío de los Manuel primero y del Marquesado de Villena después.

El libro acaba con un apéndice en el que se transcriben más de 100 documentos históricos. En palabras de los autores «aunque bien podrían haber sido 300».

El libro de 450 páginas, se puede adquirir en el ayuntamiento de Castillo de Garcimuñoz, a un precio de 15€.

Libro Garcimuñoz Medieval

El próximo sábado día 29 de octubre de 2016 a las 18:00 será presentado el libro GARCIMUÑOZ MEDIEVAL, el acto se celebrará en el salón de actos del ayuntamiento de Castillo de Garcimuñoz.

Estará presidido por los autores Aurelio Pretel Marín y Miguel Salas Parrilla, acompañados por el excelentísimo alcalde de Castillo de Garcimuñoz Javier Lavara.

El desarrollo del libro ha durado varios años y según las propias palabras de los autores, «Castillo de Garcimuñoz, tras este trabajo de investigación, se ha convertido en la población española más documentada en el periodo comprendido entre los siglos XIII, XIV y XV, este libro nos va a desvelar hechos y datos desconocidos hasta ahora, y nos encontraremos en sus páginas varias sorpresas».

Al acto están invitados todos, amantes de la historia,  castilleros y visitantes.

Juan de Cavallón

En la entrada de hoy os hablaremos un poco de otro de los castilleros que ha dejado su nombre marcado en la historia.
¿Sabíais que en 1561 se fundó por los españoles la primera ciudad en Costa Rica, y con el nombre de Castillo de Garcimuñoz?

Bien, eso se lo debemos a uno de nuestros insignes castilleros.
Tras el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón, Castilla se lanzó a una empresa titánica para aquella época, que fue la conquista del nuevo continente. Para ello se necesitaba de ingentes cantidades de personas, personas intrépidas y dispuestas para la aventura. Personas con la ilusión de hacer fortuna y ganarse la vida mejor de lo que lo hacían en Castilla.
Con esta ilusión se embarcó en la empresa mucha gente. De todas las localidades de España partió gente de diferente condición y entre ellos, varios castilleros, algunos de los cuales labraron su nombre en un pedacito de la historia.
Como nuestro personaje de hoy, que, aunque a nosotros no nos suene mucho, para los costarricenses es uno de los fundadores de su identidad nacional. U otros castilleros como los Avendaños, que también se labraron un futuro en América (les dedicaremos una entrada pronto) o nuestro paisano conquense Alonso de Ojeda.

Pero hoy hablamos de, Juan de Cavallón y Arboleda.

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Ignacio Garcia Malo

Cuando unimos las palabras Castillo de Garcimuñoz y literatura, a todos nos vienen a la mente dos nombres, Jorge Manrique y el Infante Don Juan Manuel, sobre todo el primero.

De siempre hemos utilizado el nombre de Jorge Manrique junto al del Castillo para que este pudiera tener una historia unida a la literatura.

A Jorge Manrique, en el Castillo, se le hace un monumento en el lugar donde cayó en la batalla, se le inaugura una placa en su memoria a la puerta del Castillo a la que asistió el duque de Alba, y su por entonces pequeña hija Cayetana (nuestra duquesa de Alba de toda la vida) e incluso se crean unas jornadas manriqueñas con concurso de coplas incluido. Y lo gracioso de todo esto, es que muy probablemente, por no decirlo categóricamente, Jorge Manrique no fuera capaz siquiera de cruzar una puerta de la muralla que rodeaba la villa y no pisara nunca una calle del Castillo.

¿Entonces a que viene hablar siempre de Jorge Manrique y olvidar a otros con más relación con el Castillo?

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Constanza Manuel

La entrada de hoy está dedicada a una de las dos “Castilleras” más importantes de la historia, Constanza Manuel 1316-1345.

A pesar de que remarcamos que esta niña nació en una de las familias más importantes de su tiempo, y que llegó a ser reina y princesa (si, por ese orden), podemos afirmar que su vida, lejos de serlo, no fue un cuento de princesas y a pesar de no contar con muchos detalles de su carácter, forma de ser y vida privada, nos podemos atrever a decir que fue bastante desdichada.

Tanto es, que a pesar de haberse casado con dos reyes, uno de Castilla y otro de Portugal no aparece como reina en ninguna de las dos listas de reinas de estos reinos.

Comenzamos.

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